Caja de vida

Cuatro paredes pintadas de verde, violeta y mostaza.
Ventana con cortinas satinadas, vista a los cerros y ambientación por cuenta de carros, buses, gritos, carcajadas y mariachis.
Cama sencilla que muchas veces termina en cama doble.
Tapete beige con olor a cera de vela, cuerpos desnudos, copas derramadas, perfume, ceniza de cigarro, pies descalzos, botas y tacones.
Puerta de madera que ha sufrido los cambios de generación de su dueña:  mil fotos pegadas detrás, dibujos ''abstractos,''stickers y afiches.

Santuario, confesionario y algunas veces, cuarto.

Con mil cambios de estilo, una docena de invitados, un puño de trasnochadas, algunos huéspedes, muchas infidencias y el mejor remedio para las enfermedades.

Alegría, éxtasis, risas, confesiones, orgasmos, tristezas, creaciones, llanto e  intentos de amor y desamor.

Esta caja mágica ha sido testigo de cómo se convierte una  Artemisa en mujer.