lunes, junio 15, 2015

Pasado y Presente

Entré buscando los ojos de António y lo encontré en la terraza rodeado de sus amigos, riendo y con una cerveza en su mano. Feliz... era un hombre muy leal a sus amigos.

Los saludé dejándolo a António para el final... quería sus besos, su abrazo y su nariz en mi cuello de premio por recorrer casi toda la ciudad para irlo a ver. Estaba realmente cansada. Acababa de salir de clase y era viernes... Me estaba costando estudiar y trabajar al tiempo.

Pero no me dejo terminar de saludarlos y me jaló a el.
- No te han dicho que primero se saluda al novio antes que a los cafres de sus amigos - y ahí estaban sus labios, posándose en los míos, sus brazos rodeando mi cintura y su nariz oliendo mi cuello mientras sus dedos serpenteaban por mis rizos.. -
- Dios, Mariana... ¿sabías que me enamoré de tu olor y tu pelo?
- Ah mira vos... entonces mis encantos y mi personalidad quedaron en un segundo plano...
- No mi vida, toda tu me encantas... pero Dios... me excita solo olerte - me susurró mientras sus dedos bajaban por mi espalda y me acariciaban la piel que se asomaba entre mi camiseta y mis jeans.
- Bueno bueno, bajenle a sus arrumacos que ando entusado. - Así era Cami, el mejor amigo de António. Siempre dejando amores cada mes y convirtiéndolos en motivos para beber.
- como raro en usted señor don Juan. Tengo un mensaje de Voz de Lili. Le está dando duro la terminada Cami...
- ¿Quién es ella? ¿tu amiga de la universidad que conocí en tu cumple o la veterana que me presentaron en la rumba de Diego?
- ¡Pues ninguna de las dos Camilo! es la que te presentamos en el concierto de ¡hace tres meses! - Me acerqué a él y le di un ligero puño en su brazo. Recuérdenme que debo dejar de presentarle a mis amigas porque me las enamora, las deshecha y soy yo la que queda en medio de los dos, Cami no va a cambiar jamás! -
- ¡Ay Anton! Su novia pega duro. No me la imagino en la cama. - Y en esta oportunidad fue António quien se acercó y le dio un certero golpe en el otro brazo. -

La noche seguía y me sentía tan feliz... Terminar una semana laborar y estudiantil riendo al lado de Anton era lo que más deseaba cuando abría mis ojos los viernes... Llevábamos tan solo seis meses de conocernos pero nos complementábamos tan bien que el tiempo dejaba de importar...

Ya habíamos bailado 6 canciones y llevaba 3 cervezas y eramos felices.

Decidí ir al baño y cuando salía al encuentro de mi António una voz acercándose a mi decía mi nombre.

- Mariana! Oye... ¡Mariana!
- Al voltearme, sentí ese vacío... aquel vacío que me transportó a casi dos años...
- Sebas... hoola... ¿qué haces aquí?
- ¿Así saludas a tu ex? pero que hermosa estás... ¿Sabes? no te había visto, fue Javier quien te reconoció cuando entraste. - Sebastián... el vicio hecho novio, quién me había destrozado y después de dos años lo tenía en frente. Me había imaginado tantas veces que nos topábamos de nuevo por la vida y le decía todas las groserías que me habían enseñado mis hermanos. Pero me bloqueé. Solo me limité a sonreír, preguntándole por su vida mientras observaba lo dejado y cambiado que estaba.
Me comentó sobre su familia, el matrimonio de su hermana menor y su trabajo -
- ¿Con quien más viniste?
- Estamos con unas amigas, Juan, Javier y yo... Hace tiempo me asomé a la terraza y te vi con una gente y con tu novio... ¿Cómo es que se llama? Arturo? ¡Antonio? no recuerdo como me dijo Emi que se llamaba...
- Arturo... Se llama Arturo... y eso... ¿cuando hablaste con Emilia?
- Me la encontré hace como dos meses en un toque, ¿no te contó? Nos tomamos unas cervezas y al preguntarle por ti, me comentó que estabas feliz saliendo con un Arquitecto y cuando le pedí tu nuevo numero de celular se negó, diciéndome que no intentara molestarte porque jamás habías sido tan feliz... - Esa era mi mejor amiga... siempre odió a Sebas y se alegró mucho cuando tuvimos química la noche en que me presentó a su compañero de trabajo, Sebastián.
- Ese António está como te gustan los hombres.. altos y barbudos... imagino que tiene tatuajes. Pero que fácil me olvidaste.. eh, ¡querida Marianita!
- Si, tiene 5 y te recuerdo que hace dos años terminamos así que tu comentario no viene al caso. Me encantó verte, me saludas a tus amigos y recuerdos a tu familia. Te deseo lo mejor Sebas - En ese momento traté de reanudar mi camino hacía la terraza pero Sebastián me tomó del brazo. -
- ¿Y te vas a ir así? sin darme ni siquiera un beso de recuerdo....
- Hiedes a trago, ¡suéltame! - Con mi otra mano empecé a hacerle fuerza en su brazo hasta que pude soltarme.
- Eres un atrevido. Recuerda por qué terminamos y sigue tu camino. No te acerques nunca mas a mi Sebastián. - Y sin pensarlo dos veces, le di una cachetada. De esas cachetadas que salen del alma. Lo dejé ahí, pasmado, mirando como regresaba al lado de mi novio. -
- Mucha fila en el baño? te demoraste una eternidad, ya iba a ir a buscarte.
- No amor, me encontré con alguien, por eso me demoré. Te amo ¿lo sabes? - Y lo besé... lo besé dando gracias a la vida porque había encontrado por fin el hombre que me hacía sentir plena, me amaba de forma tangible e intangible y me hacía feliz... haciéndome pensar que todo el arduo camino para llegar a su encuentro, había valido la pena.-

El amor y sus vicios.

Y ahí estaba... apostando todo por ti, queriendo ser ciega frente a lo evidente y poniéndole fe a esto.
Y ahí estaba... haciéndome la sorda ante los consejos, ocultando la realidad en lo más profundo de mi rutina.
Tratando de justificar todo, véndanme los ojos, callando las voces para arrojarme al vacío, y como era de esperarse. Me estrellé.
Me estrellé de frente con una verdad lúgubre y tirana. Una realidad que me obligó a atar cabos y a darme cuenta que jamás nos tuvimos. fuimos de esos amores efímeros, de esos que empalagan por raticos y solo dejan un vacío... de esos vacíos que entristecen y hacen desear que jamás nos hubiéramos conocido.

Cuando los recuerdos se agolpan en mi puerta, me odio.. Me odio porque no me fui hasta verme con el alma destrozada, el corazón roto y los pedazos pálidos.

Contigo comprobé que los vicios dañan...y eso fuiste, simplemente un vicio... Pero he decidido botar la colilla de tu amor y seguir mi camino.



¿Enamorarse o no Enamorarse?

Tenerle miedo a enamorarse es como tenerle miedo a vivir...


Es de esos estados en el que uno quisiera siempre estar. No hay nada mejor que sentir ese ''enamoramiento'' de los primeros días, semanas, meses o años... Es como estar dopado o drogado ante una realidad gris, pero que al estar en ese estado; todo lo que tocas, empieza a tener color y sonrisas...

Esas ganas de saber y estar todo el tiempo con esa persona...
Esas ganas de querer sorprenderlo, de ser especial...
Esas ganas con que se hace el amor después de desearse por horas, días, meses o años...
Esos besos que sacian el alma...
Esas caricias que sin querer queriendo hacen que se moje la ropa interior...
Esa alegría de saber que hoy se van a ver...
Esas ganas de conocerse y no dejar de sonreír...
Esas ganas de contarle sus Choco Aventuras y sacarle sonrisas..
Esas miradas que hacen desaparecer el estrés laboral...
Esas ganas de querer amar y de ser amado...
Planes, planes y más planes...

Tenerle miedo a enamorarse es de cobardes...! 

Nadie puede predecir como nos va a ir en ese nuevo camino, pero si nos pueden decir que aferrarse a la borda y no caminar por el puente para descubrir que nos espera al otro lado... es el acto más triste que se puede cometer contra uno mismo. Porque no hay nada más duro que el arrepentimiento...

El estar embelesado por alguien es un estado y un sentimiento indescriptible... que se vuelve tangible en los brazos y en los labios de quien queremos o amamos...

No le tengan miedo a enamorarse, porque de piedras está hecho el camino... Y jugar con ellas nos hacen la ruta más llevadera y divertida.
Que viva el amor!


 Brindo por cada una de las personas que pasaron por mi vida y que ahora son recuerdos... Brindo por las carcajadas, por las charlas, por lo...