Y ahí estaba... haciéndome la sorda ante los consejos, ocultando la realidad en lo más profundo de mi rutina.
Me estrellé de frente con una verdad lúgubre y tirana. Una realidad que me obligó a atar cabos y a darme cuenta que jamás nos tuvimos. fuimos de esos amores efímeros, de esos que empalagan por raticos y solo dejan un vacío... de esos vacíos que entristecen y hacen desear que jamás nos hubiéramos conocido.
Cuando los recuerdos se agolpan en mi puerta, me odio.. Me odio porque no me fui hasta verme con el alma destrozada, el corazón roto y los pedazos pálidos.
Contigo comprobé que los vicios dañan...y eso fuiste, simplemente un vicio... Pero he decidido botar la colilla de tu amor y seguir mi camino.
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