La soldad es como humo que invade cada parte de este recinto.
Preguntas, incertidumbre, dudas y miedos se empiezan a entrelazar con los pensamientos que atiborrados empiezan a pasar uno tras otro, otro tras uno.
Acá estamos, tratando de respirar en esta soledad inmersa por los vestigios rayos del sol que se cuelan por la cortina de esa ventana a punto de caerse.
Cierro mis ojos y pienso en que si estoy restando un día mas a la vida o si estoy viviendo uno mas...
El cuerpo pesa, está cansado. El alma pide a gritos dejar este silencio perpetuo y lanzarnos!
2 comentarios:
uff dias duros y dias blanditos o suaves, supongo q de cada uno de esos nos hacemos mejores o peores personas.
buenos escritos, mucho sentimiento plasmado
La soledad no es tan mala...
Te ayuda a crecer económicamente... A estudiar mas, prepararte mas... Y no tener distracciones.
Es agradable ver como viejos amigos se reencuentran y no poder hacer nada
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