Cierro mis ojos y hago una introspección de este año en el que estoy a horas de ubicar su punto final.
Risas, carcajadas, sonrisas, lágrimas, mil y un palabras escritas y dichas.
Miradas conocidas, desconocidas y otras que se han convertido en parte de mi rutina de vida.
Arrepentimientos, momentos perdidos en un '' qué hubiera sido'', satisfacciones y otras situaciones que es mejor no recordar jamás...
Este 2011 y comienzos del 2012, se desvanecen en mis manos dándole paso a un nuevo año que observo con la frente en alto, dejando un camino más limpio, lleno de retos y miedos que terminarán en grandes recompensas...
Este 2011 fue un gran año para mi parte profesional, llena de caídas, levantadas y buena cosecha que empiezo a recolectar.
Tuvimos una perdida a mitad de camino pero sé que está tomando tinto con la Dorita en algún lugar de mi Aleph.
Conocí el mar, respiré otro aire y pude tachar muchos items de mi wish list en el país Manito.
Siento que la embarre, que la desembarre y de seguro estoy a punto de volverla a embarrar, pero esto es así. Hay que untarse las manos para saber qué tanta agua necesita la arcilla para estar en su punto y comenzar a moldear...
Quiero darle las gracias a las miradas, sonrisas y voces que rondaron este año que está a punto de convertirse en un punto final.
Soy producto de 27 años de aciertos y desaciertos...
Solo sé que por más que quiera seguir siendo su princesa, ya me convertí en una reina. Sin piercings, o con pelos pintados, solo me queda el recuerdo de una juventud plasmada en un tatuaje el cual fue retocado y mejorado hace poco, los años no le pasaron en vano.
Mis mochilas fueron cambiadas por bolsos de cuero.
Mis converse, por tacones.
Mis aretes de ''hipposa''por topitos elegantes y sobrios.
Ya no juego a tomar decisiones, ahora tengo challenges a diario.
Aun conservo mi pulsera de coral. Aquella que un día cualquiera del año 2000 me lo regaló un amigo que jamás volví a ver, ella es la única que me acompaña en este proceso de crecer... y me recuerda lo deschavetada que fui.
Da miedo crecer... pero acá estamos! con los ojos clavados en el atardecer de mi natalicio...