Pero por el momento sigamos caminando.
Echemosle la culpa a algún hombre, al mes o a mi carácter...
Pero por el momento sigamos riendo.
No queda más que disfrutar el trayecto, capturar los buenos momentos y sonreír desprevenidamente.
Echemosle la culpa a mi desatino o a mis decisiones...
¡Pero por echemosle la culpa a alguien o a algo!
Mejor, sigamos caminando.