lunes, octubre 21, 2013
De joven a adulta
Un buen día simplemente me percaté de que mi juventud se había marchitado y la adultez estaba creciendo en las cenizas que había dejado mi juventud...
Es así como mi adultez está cimentada en las bases de una juventud en la cual estudié, viaje, me enamoré, caí, perdí, me equivoqué, sonreí y algunas veces me sentí morir. Pero ¡acá estoy! Con mis ventitantos encima... siendo responsable de las decisiones que tomé y me han llevado a ser lo que hoy en día soy.
Algunas veces me cuesta darme cuenta que ya no soy esa chiquilla que todo lo arreglaba llorando y buscaba consuelo en los brazos de papá. Ahora, soy yo la que debe proponer las soluciones para resolver el desmadre que ha causado.
Solo te pido querida adultez que seas bondadosa y me dejes no solo soñar, sino realizar aquellos sueños que de joven no pude hacerlos, simplemente porque su momento, era TU momento.
Aunque siempre seré la niña de los ojos de papá.
viernes, septiembre 06, 2013
Tú a tu vida y yo a la mía
Tú a tu vida... y yo a la mía...
Me he repetido tantas veces esa frase que ya la dibujo en todo lado. Sin embargo, ni tu presente ni el mio podrán hacer que una sonrisa cómplice aparezca cuando recuerdo las locuras que hicimos juntos...
Tantos recuerdos condensados en el capítulo de mi pasado que lleva en negrilla tus iniciales....
Tú a tu vida y yo a la mía...
No sé si seguirás durmiendo en aquella cama de mil y un noches de gemidos, silencios, risas, llanto y promesas...
No sé si tendrás otro corte, habrás cambiado de trabajo o de carro...
Simplemente porque tú a tu vida y yo a la mía...
Te dejo el perfume de tu pasado y el beso de un recuerdo que jamás volverá.
jueves, julio 25, 2013
Noches de aquellas noches
Noche de soledad, música y gotas en la ventada...
Noche de vino tinto, recuerdos y preguntas...
Noche de ojos cerrados y sonrisas desdibujadas...
Noche que recuerda que pronto seré un año más añeja...
Noche de tina, burbujas, velas y silencios..
Noche para hacer un alto en el camino y tratar de arreglar el mundo en mi cabeza...
Noche de soledad...
Noche de aquellas noches que inspiran y dejan que los dedos plasmen sus susurros...
Noche de aquellas noches que dejan darse tiempo para uno mismo, silenciar el mundo y solo estar con el pasado, el presente y mi futuro...
Noche de vino tinto, recuerdos y preguntas...
Noche de ojos cerrados y sonrisas desdibujadas...
Noche que recuerda que pronto seré un año más añeja...
Noche de tina, burbujas, velas y silencios..
Noche para hacer un alto en el camino y tratar de arreglar el mundo en mi cabeza...
Noche de soledad...
Noche de aquellas noches que inspiran y dejan que los dedos plasmen sus susurros...
Noche de aquellas noches que dejan darse tiempo para uno mismo, silenciar el mundo y solo estar con el pasado, el presente y mi futuro...
jueves, julio 11, 2013
Destino Cómplice CAPITULO 1.
La luz empezaba a entrar por la ventana cuando Mariana despertó.
- Qué será de tu vida mi adorado tormento.... - suspiró- ya vez.. ni tu ni yo nos morimos cómo habíamos dicho si nos llegábamos a separar. - Se dijo así misma mientras se servía su primer tinto del día y les recogía los platos a sus perros. Jacobo y Lukas, un Gran Danes y un Fila Brasilero.
- Espresso para el señor y chocolate para la señorita.
- Mucho gusto, Antonio Nougest.
El impulso de Lukas de salir corriendo lejos de su dueña hizo que Mariana aterrizara sus pensamientos de nuevo en el parque para percatarse que su se estaba alejando demasiado.
Ninguno de los dos sabía de qué hablar, ni siquiera cómo comenzar a hacerlo... Esta vez, solo los perros eran la única conexión entre ellos...
Había soñado con él. Después de años; su inconsciente jugaba a escavar en sus recuerdos y traerle de nuevo momentos y personas que había decidido enterrar hace tiempo.
Mientras ponía a hacer el café y alimentaba a los perros. No puedo contener sus recuerdos y trajo a la mente a Antonio.
- Qué será de tu vida mi adorado tormento.... - suspiró- ya vez.. ni tu ni yo nos morimos cómo habíamos dicho si nos llegábamos a separar. - Se dijo así misma mientras se servía su primer tinto del día y les recogía los platos a sus perros. Jacobo y Lukas, un Gran Danes y un Fila Brasilero.
Fue a la sala, prendió el equipo, subió la música y se tiró al piso a jugar con sus mascotas.
- Aló?
- ¡Hola nena! cómo amaneces? uy y ese ruido?
- ¡Hola amor! es el equipo y de fondo Jacobo y Lukas.. estamos jugando.
Mariana se levantó y se fue a alistar la ropa que se iba a poner ese día mientras acordaba el lugar en dónde se iba a encontrar esta tarde con Augusto, su novio.
Cuando colgó, se desvistió y se metió a la ducha. De nuevo los recuerdos le hicieron pensar en Antonio.
- Linda. quieres chocolate o té?
- ah? perdón, perdón, chocolate para mi por favor.
- Y para mi, un espresso por favor.
- Estás distraída. Algo te pasa?
- No amor, nada.. sólo problemas en el trabajo... Necesito vacaciones urgente.
- Siempre te lo he dicho, trabajas mucho... debes bajarle al estrés linda. O quieres dejarme viudo!
- Qué cosas dices Antonio y quien lo dice! trabajas igual o peor que yo...
El ladrido de Jacobo la sacó de su letargo. Terminó de bañarse, se alistó y sacó a los perros al parque.
Se sentó en una banca con la mirada perdida mientras los perros jugaban.
-Lo sé, lo sé somos unos enamorados de lo que hacemos pero es verdad. Necesitamos vacaciones - terminó de decir Antonio mientras acercaba la cabeza de Mariana a sus labios para darle un sonoro y largo beso - Te amo lo sabes verdad?
- Si, pero jamás des por hecho un te amo. ¡No lo olvides! - Le dijo Mariana devolviéndole el sonoro y largo beso en el cuello.
- Espresso para el señor y chocolate para la señorita.
- ¡Gracias! Me hace un favor? me regala una torta de esas de chocolate que tiene en el escaparate.
- Acá no regalan, ¡venden!
- Ay Antonio no me molestes, que el señor me entendió. Verdad señor?
- Si señorita, ya le traigo su torta de chocolate con dos cucharas.
- ¡Gracias! - terminó de decir Mariana esbozando una sonrisa que dejaba entrever ese espíritu de niña que todavía no ha muerto en ella.
- Sigues siendo una cagona hermosa. ¡Te amo!
- Que lindos perros? cómo se llaman? - La voz de aquel niño la aterrizo de nuevo de su viaje a su pasado.-
- Perdón?
- Que sus perros están muy lindos, cómo se llaman?
- Ah.. perdóname. Estaba englobada... El Gran Danes, se llama Dante y el Fila se llama Lukas.
- Muy lindos. ¡Tomy, vamos Tomy! - el niño llamaba a su perro que estaba concentrado jugando con los perros de Mariana.
- ¡Vamos Dante, vamos Lukas!
- ¡wow! que juiciosos son sus perros. Tomy solo me hace caso cuando le voy a dar comida o cuando ve la correa para salir.
- Eso pasa, solo debes ser disciplinado con tu perro. - Le dijo Mariana mientras le acariciaba el pelo al niño y se iba caminando con sus perros hacía su apartamento -
- Será que sus papás los pensará mis lindos? - dijo en voz alta mientras acariciaba la cabeza de Jacobo y Lukas. -
Dejó a los perros en el apartamento, se preparó un sandwich, le dejo agua a los perros y se dirigió al café en donde se iba a encontrar con Augusto.
- ¡Hola Martica!, lo de siempre.
- Hoola Marianita. ¡Sale un chocolate con galleta de avena para la 8!
Sacó su celular y empezó a mirar su facebook mientras llegaba su chocolate con galletas y su novio.
- Como te ha sentado de bien estar sin mi... - en ese momento Mariana sintió como se le bajaba la tensión y las mariposas empezaban a revolotear en su estómago. Rápidamente se volteó para corroborar que esa voz... ¡ESA VOZ! era la de aquel hombre con el que había vivido dos años y medio y a quien más había amado en sus 28 años de vida.
- Antonio, Antonio... cómo estás? - Quiso decirle que había soñado con él, que no se lo había podido sacar de su cabeza en toda la mañana y que le parecía una jugada del destino muy sucia pero a la vez hermosa el haberlos puesto a los dos en aquel café.
- No me quejo. Pero por lo visto no tan bien como tu. Te vi entrar y ¡estás espléndida! - Ella no sabía si se lo decía en tono irónico -
- Muchas gracias, tu también te ves bien.... y qué haces por acá? pensé que todavía estabas en Chile.
- No.. ya se acabó el proyecto. De hecho hace tres meses estoy viviendo de nuevo en la ciudad. Cómo están los perros? los he pensado mucho...
- Bien, bien... Lukas tuvo una infección respiratoria pero ya está mejor. Debe tomar de por vida una pastilla pero bien. Y Jacobo si está como un roble. Isa me llamó hace dos semanas para que se lo llevara y montara a Nala. Estamos esperando si quedo embarazada.
- ¡Ohh que bien! entonces seré abuelo?
- Tal vez.. - sonrío -
- ¡Hola amor! disculpa el retraso - Interrumpió Augusto la conversación entre los viejos amores mientras se acercaba a su novia para darle un beso en la boca.
- ¡Hola! Te presento a un viejo amigo, Antonio.
- Mucho gusto, Antonio Nougest.
- El gusto es mio, Augusto Carvajal.
- Bueno, Mariana, me encantó verte. - Se inclinó para darle un beso en la mejilla -
- Lo mismo Anton.
- Quien era ese? jamás me habías hablado de él.
- Un viejo amigo...
- Su chocolate con galletas señorita. El señor que va a pedir?
- Deme por favor una malteada de vainilla.
Mariana evadió el tema e hizo que Augusto se olvidara de Antonio dejándolo hablar sobre sus inconvenientes en el trabajo. Mientras él hablaba. La mente de Mariana estaba pensando en lo que había ocurrido hace unos minutos...
Antonio se despidió, se dirigió a la caja, pago su espresso y se fue. Mientras iba caminando no podía ocultar los celos que había sentido al ver como ese aparecido le daba un beso a Mariana. - Vaya que si estaba hermosa esa condenada - Se dijo para si mismo mientras prendía su carro.
- Pero por qué no quieres ir? Dale amor, van a estar todos y nos hace falta salir..
- No.. no me siento bien, me cayó como mal esas galletas... Ve tu...
- Agh Mariana, quiero ir contigo....
- No, amor, tranquilo, yo me voy a mi casa, leo un libro y me duermo... Es en serio, no me siento bien. Quiero quedarme en mi casa.
- Vamos a tu casa, te das un buen baño y verás que te pasa ese malestar.
- No Augusto, esta noche no quiero salir - Sentenció Mariana poniéndose de pie para salir del lugar.
- Ok ok... está bien, te llevo a la casa y voy un rato al bar.
De camino a su apartamento, Mariana apenas contestó las preguntas que le hacía Augusto.
- Qué tienes? Tanto te afecto ver de nuevo a tu amigo?
- De qué hablas? ¡nada que ver! ya te dije que me siento mal.
Se despidieron y al llegar a su casa le puso las correas a sus perros y decidió ir a dar un paseo. Necesitaba silencio y aire.
- Vete conmigo... ¡allá de seguro podrás encontrar trabajo en Comunicaciones!
- No Antonio... Estoy creciendo en la empresa. Me acaban de subir el sueldo y tengo a cargo otra sección... No puedo...
- Ok pero me llevo los perros.
- ¡Los perros se quedan conmigo! ¡cómo se te ocurre que te los vas a llevar! sabes cuanto cuesta? Además. Les cambiarías sus vidas.
- Decide con quien te quedas, me llevo así sea uno.
El impulso de Lukas de salir corriendo lejos de su dueña hizo que Mariana aterrizara sus pensamientos de nuevo en el parque para percatarse que su se estaba alejando demasiado.
- ¡Lukas! No te alejes, ¡Lukas! ¡Lukas! - el perro no hacía caso, y salió al encuentro de una sombra que Mariana no distinguía. En ese momento, ella decidió correr en dirección a su perro.
- ¡Está hermoso! lo tienes bien cuidado. - dijo Antonio mientras se inclinaba a acariciar a los dos perros que los saludaban eufóricos.
- Qué haces aquí Antonio? No deberías estar acá...
- Quise caminar por este parque que tiene bastantes recuerdos... ¡bueno! por lo menos para mi. Y tenía la esperanza de ver a mis perros desde lejos y así no molestar a tu novio...
- Igual... ¡iba a pasar esto!, te olerían y saldrían corriendo... Y ahora, cómo me los llevo? están como locos por haberte visto...
- Si quieres te acompaño hasta tu casa para que no tengas problemas...
- Tocará. Sino Lukas no se irá así le muestre carne recién asada.
- Si, siempre me ha querido más a mi - Esboza una sonrisa cómplice de esas que sólo él sabe crear- Lástima que no me hayas dejado llevármelo, me hubiera servido de compañía.
- Me avisas si Dante va a ser papa si? - Pasándole a Mariana una tarjeta personal.
- ¡Claro que si! volviste a la misma compañía....
- Si... dejé un gerente general cuando el proyecto se acabó.
- Y se puede saber por qué no te quedaste con el puesto de Gerente?
- Si, claro... sinceramente no me amañe en esa ciudad, dejé andando esa sucursal y me mis jefes me apoyaron dejándome volver a mi puesto acá en la ciudad.
- Ah bueno, que buena noticia.... ¡Llegamos! muchas gracias por ayudarme a traerlos - recibiéndole la correa de Lukas a Antonio -
- De nada.... Mariana, quería que hablarám... - Mariana lo interrumpió subiendo la voz - De qué? nosotros no tenemos nada de qué hablar. Cada uno tiene su vida y claramente los dos tomamos la decisión de no estar en la vida del otro.
- Por qué siempre tienes que ser tan tajante? y claro, tu ya tienes tu vida hecha....
- Eso no te incumbe Anton ¡Tu te fuiste! qué querías? que me echara a la pena?
- Obvio no linda... pero si me dolió verte con... - Vuelve a interrumpirlo alzando la voz - eso no es asunto tuyo Anton De nuevo gracias por ayudarme con Lukas y te avisaré si Dante es papá - Terminó de decir cerrando la puerta de vidrio de la portería de su edificio - Esta vez no hubo beso de despedida.
viernes, julio 05, 2013
Soliloquios convertidos en micro cuentos VOL 4
Hay momentos en la vida en los que uno simplemente escucha, ve, lee y trata de aprender... pero ni escribe ni habla.
Se camina por la vida en silencio ...SINTIENDO... escuchando y viendo como los demás caminan sumergidos en sus pensamientos. Se analiza su rostro tratando de jugar a adivinar para dónde va y con quién se va a encontrar.
Se sonríe mientras se analiza un sin fin de preguntas que jamás serán pronunciadas.
Debe ser porque se acerca mi cumpleaños...
Debe ser...
Se camina por la vida en silencio ...SINTIENDO... escuchando y viendo como los demás caminan sumergidos en sus pensamientos. Se analiza su rostro tratando de jugar a adivinar para dónde va y con quién se va a encontrar.
Se sonríe mientras se analiza un sin fin de preguntas que jamás serán pronunciadas.
Debe ser porque se acerca mi cumpleaños...
Debe ser...
martes, abril 09, 2013
Soliloquios convertidos en micro cuentos VOL 3
El viento siempre es buen consejero y mas cuando entra de sopetón, acaricia tu cabello y tu rostro, entra con fuerza a tus pulmones y sale por tu nariz....
Siempre que esto pasa, trato que salga con todo y preocupaciones, estrés y malos pensamientos....
Esto mismo lo hago con el agua que recorre mi cuerpo al momento de bañarme... trato de imaginarme que limpia mi alma y mi cabeza.
Esa sensación la deben sentir los fumadores al momento de botar el humo.... tal vez... no sé.... las pocas veces que lo he hecho, le he impregnado a ese humo mortífero esa misión... Entrar a mi cuerpo y tomar mis preocupaciones para sacarlas y entregárselas al viento.
Posiblemente ni el viento, ni el agua ni el humo cumplan con la mágica misión que les encomiendo. Pero me gusta creerlo... tal vez eso mismo creen las mujeres que se aplican geles milagrosos, batidos o pastillas para bajar de peso sin ni siquiera hacer ejercicio... no sé...
Lo que tengo claro es que me gusta caminar, pisar las hojas secas, escuchar fragmentos de conversaciones de las personas que pasan por algunos segundos a mi lado y mirar como muere el día ante mis ojos....
Por el momento seguiré sacando mis demonios por medio del agua y del viento...
Siempre que esto pasa, trato que salga con todo y preocupaciones, estrés y malos pensamientos....
Esto mismo lo hago con el agua que recorre mi cuerpo al momento de bañarme... trato de imaginarme que limpia mi alma y mi cabeza.
Esa sensación la deben sentir los fumadores al momento de botar el humo.... tal vez... no sé.... las pocas veces que lo he hecho, le he impregnado a ese humo mortífero esa misión... Entrar a mi cuerpo y tomar mis preocupaciones para sacarlas y entregárselas al viento.
Posiblemente ni el viento, ni el agua ni el humo cumplan con la mágica misión que les encomiendo. Pero me gusta creerlo... tal vez eso mismo creen las mujeres que se aplican geles milagrosos, batidos o pastillas para bajar de peso sin ni siquiera hacer ejercicio... no sé...
Lo que tengo claro es que me gusta caminar, pisar las hojas secas, escuchar fragmentos de conversaciones de las personas que pasan por algunos segundos a mi lado y mirar como muere el día ante mis ojos....
Por el momento seguiré sacando mis demonios por medio del agua y del viento...
lunes, marzo 18, 2013
Soliloquios convertidos en micro cuentos VOL 2
Mientras esperaba el bus debajo de mi sombrilla pensaba en que el tiempo pasa realmente rápido y ya es un hecho. Tu vida y la mía ya no se volverán a tocar jamás....
Hasta la ropa interior que llevaba aquella noche lluviosa no hace parte de nuestra historia. Tus manos jamás me la quitaron.
Vivo una nueva historia que tiene como función recordarme que eres solo un vestigio de un recuerdo que entre más días pasen... más borroso y efímero te empiezas a convertir...
Así es la vida... eso mismo pasará con mi recuerdo en tu mente... un buen día ya mi nombre rondará tu vida.
Hasta la ropa interior que llevaba aquella noche lluviosa no hace parte de nuestra historia. Tus manos jamás me la quitaron.
Vivo una nueva historia que tiene como función recordarme que eres solo un vestigio de un recuerdo que entre más días pasen... más borroso y efímero te empiezas a convertir...
Así es la vida... eso mismo pasará con mi recuerdo en tu mente... un buen día ya mi nombre rondará tu vida.
miércoles, febrero 06, 2013
Soliloquios convertidos en Micro cuentos VOL 1
- ¡Mariana! Mariana.... ¡Mariana!
- Perdón, ¿lo conozco? dijo ella desconcertada por aquel desconocido que gritaba su nombre por la calle principal de la ciudad.
- ¿No me recuerdas? Soy Beto, bueno.. ha pasado tiempo pero no tanto... para que me hayas olvidado de esa manera.
- Ahh.. ¡Hola! estás realmente cambiado...
- Para bien o para mal -. preguntó sonriendo, asombrado de lo bella que estaba aquella mujer que alguna vez tuvo en sus brazos.
- Tu siempre tan presuntuoso querido... bueno me place haberte visto, debo irme a una reunión.
- ¡Espera! este milagro no se va a repetir tan seguido, ¿me das tu teléfono? mira, te entrego mi tarjeta. - sacando su costoso tarjetero de la chaqueta.
- mmm mira Beto, no quiero ser grosera. Me gusta saber que estás bien pero no me interesa que entres de nuevo a mi vida.
- Ok muñeca, igual te dejo mi tarjeta por si cambias de parecer.
- Eso no va a pasar... cuídate.
Beto, Beto, Beto... siempre pensando que obtiene lo que quiere. Ese error lo cometí una vez pero jamás dos veces.... - Se dijo a si misma mientras pasaba la transitada calle-
- ¿Amor? hola corazón, ya casi llego, ¿necesitas que lleve algo para la cena?
- Perdón, ¿lo conozco? dijo ella desconcertada por aquel desconocido que gritaba su nombre por la calle principal de la ciudad.
- ¿No me recuerdas? Soy Beto, bueno.. ha pasado tiempo pero no tanto... para que me hayas olvidado de esa manera.
- Ahh.. ¡Hola! estás realmente cambiado...
- Para bien o para mal -. preguntó sonriendo, asombrado de lo bella que estaba aquella mujer que alguna vez tuvo en sus brazos.
- Tu siempre tan presuntuoso querido... bueno me place haberte visto, debo irme a una reunión.
- ¡Espera! este milagro no se va a repetir tan seguido, ¿me das tu teléfono? mira, te entrego mi tarjeta. - sacando su costoso tarjetero de la chaqueta.
- mmm mira Beto, no quiero ser grosera. Me gusta saber que estás bien pero no me interesa que entres de nuevo a mi vida.
- Ok muñeca, igual te dejo mi tarjeta por si cambias de parecer.
- Eso no va a pasar... cuídate.
Beto, Beto, Beto... siempre pensando que obtiene lo que quiere. Ese error lo cometí una vez pero jamás dos veces.... - Se dijo a si misma mientras pasaba la transitada calle-
- ¿Amor? hola corazón, ya casi llego, ¿necesitas que lleve algo para la cena?
lunes, febrero 04, 2013
Soliloquios con aroma a pasión
Besos enmarcados en pasión.
Caricias con ganas de sentir una piel desnuda y tibia.
Rostros con ganas de verse reflejado en unas pupilas dilatadas y vidriosas.
Dedos desabotonando pasados...
Perfumes que empiezan a desvanecerse por el sudor de los cuerpos deseosos en convertirse por algunos minutos u horas en solo uno.
Momentos de monosílabos.
Respiración agitada.
Gemidos...
Minutos u horas en dónde deshinibirse se convierte en una prioridad y la pena, la vergüenza y las preguntas sobre un futuro juntos aguardan pacientemente afuera de la habitación.
No vale pensar.
No vale preguntar.
No vale arrepentirse.
Caricias con ganas de sentir una piel desnuda y tibia.
Rostros con ganas de verse reflejado en unas pupilas dilatadas y vidriosas.
Dedos desabotonando pasados...
Perfumes que empiezan a desvanecerse por el sudor de los cuerpos deseosos en convertirse por algunos minutos u horas en solo uno.
Momentos de monosílabos.
Respiración agitada.
Gemidos...
Minutos u horas en dónde deshinibirse se convierte en una prioridad y la pena, la vergüenza y las preguntas sobre un futuro juntos aguardan pacientemente afuera de la habitación.
No vale pensar.
No vale preguntar.
No vale arrepentirse.
jueves, enero 17, 2013
Plasmando sueños despiertos en palabras escritas
Ella entró buscando a sus amigos, mirando entre la gente hasta que reconoció a Amanda y a Rosario, acompañadas por otras personas.
- !Casi que no llegas!
- Lo sé, lo sé, pero estamos en cierre y mi jefe casi no me deja irme - Dijo Mariana saludando a sus amigas y sonriendo a las otras personas.
- ¿Te sirvo una copa? - Preguntó Camilo sin ocultar su alegría al ver que Mariana había decidido venir.
- Gracias, claro que si. ¡Llena por favor! - devolviendo la sonrisa-
- Hola, dónde estás! ya llegó y no sé cuanto la pueda retener, ya sabes cómo es ella... en cuanto? ok.. si si, en ese puedes parquear, entra por detrás para que nadie te vea. Listo, se va a morir!! ¡un abrazo, no tardes!
- ¿Todo en orden? Preguntó Mariana a Rosario.
- Si.. ya sabes, problemas del trabajo que no lo dejan a uno descansar ni un viernes en la noche.
Hablaron por 15 minutos las tres amigas, poniéndose al corriente de la vida de cada una.
-¿Y Manuel? has vuelto a saber algo de él... - Preguntó Rosario.
- Mmmm nosotros siempre tenemos comunicación... sé que se fue unos días a Italia con sus amigos pero me llamo desde allá y peleamos...
- ¡Como raro en ustedes! comentó Amanda.
- Ah si, la señorita de la mesa 23 me comentó que necesitaría entrar por la cocina al bar. Siga por favor-
- Gracias, que pena las molestias, pero quiero darle una sorpresa a alguien que no veo hace bastante tiempo.
- No hay problema. Comentó el mesero dejándolo entrar.
Manuel entró tratando de entender las indicaciones que Rosario le había dado de la mesa en la cual se encontraban. Su corazón no lo dejaba pensar bien, estaba nervioso. Su respiración era cada vez más rápida. No era para menos, hace dos años no veía a aquella mujer.
- Ahí están... - susurro.
Con paso firme se acercaba a la mesa...
Sus amigos lo vieron y comenzaron a gritar, reír y cogerse el rostro. No podían creer lo que veían, Manuel por fin había decidido regresar.
En aquel momento Mariana se volteó para ver porque era el escándalo y al encontrar los ojos de aquel hombre que se dirigía al grupo, se tomó la copa de vino como si fuera agua y lo sintió como ese vacío en el estómago invadía todo su cuerpo.
Manuel saludó a sus dos mejores amigos. Camilo y Sergio, y se acercó rápidamente a Mariana que se encontraba de pie atónita, con una leve sonrisa y su mirada clavada en la de él...
- No me creías mujer.... acá me tienes - tomándole las heladas manos y acercándola a su cuerpo. - Estás hermosa, hueles delicioso.. Dios... como te extrañé....
- No puedo creer que estés acá Manu... con razón Rosario me insistió tanto que viniera.
- Todo estaba calculado para verte acá, esta noche...
Todos querían saber cómo estaba, hace cuanto había llegado, cuanto tiempo se iba a quedar, qué estaba pensando hacer en su estadía por la ciudad.
Mientras respondía cada una de las preguntas que le hacían, no dejaba de consentir las manos de Mariana y sin querer. Se quedaba mirándola mientras respondía.
Mariana solo quería decirle que se fueran de ese lugar, tenían tanto por besarse y hacer el amor.
- ¿A dónde vas?
- Voy al baño...
- No te demores - Dijo Manuel dándole un beso en la frente.
- ¿Sabías que iba a venir? - Le dijo Camilo, quien la esperaba a fuera del baño.
- No, no.. no tenía idea....
- Creo que soy el único que sintió que el mundo se le venía en cima al verlo caminar a la mesa a buscarte...
- Cami... no te pongas en esta actitud
- Cómo quieres que me ponga si sé que va a pasar, si sé a que vino... Mariana, me estaba enamorando de tí ¡¡no lo entiendes....!!
- ¿Y ustedes qué hacen aquí? La fiesta está en la mesa no acá, dijo Rosario, mientras Camilo se iba caminando.
- ¡Gracias! te debo una...
- ¿Se siguieron viendo?
- No... solo hemos salido tres veces y no ha pasado de un beso...
- Deja eso atrás... Camilo siempre ha estado enamorado de ti, no juegues más con fuego Mari. Ya sabes esa frase, ¡no calientes lo que no te vas a comer!
- Manu, no sabes las veces que imaginé este momento... no puedo creer que estés acá - le decía suavemente al oído mientras bailaban -
- Yo también linda, me hiciste mucha falta.... No sabes las ganas que tengo de besarte, de abrazarte y no soltarte por un buen tiempo.
- Vamonos...
Manuel miró a Rosario, quien se acercó sonriente a la pista de baile.
- ¿Listo?
- ¡Listo! acá están las llaves y no se porten bien que eso no paga - dijo Rosario recibiendo las llaves del carro de Mariana.
- ¿Ustedes dos qué planearon?
- Nada amiga, nada, solo quiero verlos felices y ustedes están hechos el uno para el otro, dejen de jugar al gato y al ratón de una vez por todas.
- ¿A dónde me llevas?
- Confía en mi... dijo Manuel mientras le robaba un beso y le daba una ligera palmada en la mano - ehh nonono, no mires, para eso es la venda. Para que no sepas a donde vas ¡Señorita Nouguest!
No le importaba si manejaran toda la noche... tenía claro que lo único que quería era jamás volverse a separar de él.
Mientras iban en silencio, Mariana acariciaba su mano, jugaba con sus dedos y sonreía. No podía creer que lo estuviera tocando, no podía creer que estuvieran de nuevo respirando el mismo aire.
Hace tres años él se había ido a Francia a estudiar su carrera. Mariana había viajado dos veces en el primer año que él se fue a Francia. Pero la distancia se hizo cada vez más complicada y cada uno empezaba a tener oportunidades laborales en sus países que no dejaban que alguno de los dos decidiera dejarlo todo por la otra persona.
Siempre habían tenido comunicación. Jamás faltó la llamada en el cumpleaños de cada uno, ni el 24, 31 o cuando alguno de los dos estuviera ebrio y quería decirle al otro que lo amaba y que se odiaba por no estar a su lado.
Los dos intentaron tener otras relaciones, pero solo duraban meses. Mariana era la que más había tratado re hacer su vida amorosa. Manuel, por más que lo intentaba, la tenía a ella tan inalcanzable, que nadie podía borrarla de su alma... generando grandes conflictos con las mujeres de turno.
- ¡Llegamos! dijo Manuel pidiéndole a Mariana que no se quitara la venda y que lo esperara en el carro.
Por aproximadamente 10 minutos ella estuvo sola . Hacía bastante frío por lo que pensó que estaban en las montañas de la ciudad, además, por el tiempo que condujeron del bar hasta el sitio, estaban en un lugar retirado de la ciudad. El carro comenzaba a oler a pino.
Escuchó a lo lejos a Manuel hablar con alguien, el sonido de una reja abriéndose, unas pisadas acercándose, la puerta del copiloto abrirse y él entrando al vehículo. Condujo despacio hasta que apagó el carro..
Se acercó a ella y mientras la besaba le quito la venda. Mirándola y con sus manos en las de ella le dijo. - te amo, no sabes cuanto me hacía falta tu olor, tu calor, tus besos... hemos pasado por tanto Mariana...
Ella solo atinó a sonreír. Sintiendo como ese hombre le regresaba de nuevo su alma que se había ido en su maleta la primera vez que lo dejo irse... Después de tres años, de tres largos, dolorosos, sufridos y tristes años. Acarició su pelo, le dio besos en su rostro, apretó sus manos... - entremos, muero de frío -
La cabaña olía a pino, estaba la chimenea prendida. Rodeada de muchos cojines y en una pequeña mesa una botella de vino con dos copas.
Mariana se acercó a la chimenea, se quitó su chaqueta, sirvió el vino y se sentó en un cojín.
- ¿Qué esperas para venir a sentarte a mi lado? le decía mientras Manuel estaba recostado en la puerta con sus brazos cruzados y su mirada clavada en ella.
- Nada, solo quería ver como te apropias como siempre del lugar y lo conviertes en algo tan familiar como si fuera tu casa...- Mariana le devolvió esa mirada penetrante que le insinuaban solo una cosa. Sexo ahí y ahora.
Manuel se acercó, tomo las dos copas, le entregó una a ella y se sentó. Ella mirando el fuego se tomo toda la copa de vino y él sin quitarle la mirada, también se la tomó sin respirar.
Empezó a acariciar ese hermoso cabello color castaño claro, paso sus dedos por los ojos, la boca, el cuello bajando por el pecho y comenzó a desabotonar el saco negro de Mariana.
Mientras hacía esto, pensaba en las veces que intentó buscar ese pelo, esa suavidad de piel, esa mirada, esos labios en otras mujeres a miles de kilómetros de distancia sin siquiera encontrar alguna que tuviera algún parecido...
Sin haberla besado, ya estaba excitado...
Mariana dejo la copa que apretaba mientras Manuel revivía en ella sus sentidos dormidos hasta esa noche... Se acercó y lo beso mientras él le quitaba el resto de su ropa.
Estando desnuda se puso de pie, buscó las copas, sirvió más vino, le entregó su copa, se sentó a su lado, bebió de nuevo todo el contenido de la copa y comenzó a quitarle la ropa mientras él disfrutaba del vino y las manos de aquella mujer desnuda.
Hicieron el amor tres veces seguidas y mientras Mariana veía cómo el fuego de la chimenea se iba muriendo, Manuel se paró, buscó dentro de su chaqueta una pequeña caja y se acercó a ella.
- Linda, yo solo vine con un propósito y es el llevarte conmigo. Ni sé si en este momento lo estás intentando con alguien... y la verdad me tiene sin cuidado. Yo solo vine a pedirte que seas mi esposa.
En aquel momento Mariana se volteó para ver porque era el escándalo y al encontrar los ojos de aquel hombre que se dirigía al grupo, se tomó la copa de vino como si fuera agua y lo sintió como ese vacío en el estómago invadía todo su cuerpo.
Manuel saludó a sus dos mejores amigos. Camilo y Sergio, y se acercó rápidamente a Mariana que se encontraba de pie atónita, con una leve sonrisa y su mirada clavada en la de él...
- No me creías mujer.... acá me tienes - tomándole las heladas manos y acercándola a su cuerpo. - Estás hermosa, hueles delicioso.. Dios... como te extrañé....
- No puedo creer que estés acá Manu... con razón Rosario me insistió tanto que viniera.
- Todo estaba calculado para verte acá, esta noche...
Todos querían saber cómo estaba, hace cuanto había llegado, cuanto tiempo se iba a quedar, qué estaba pensando hacer en su estadía por la ciudad.
Mientras respondía cada una de las preguntas que le hacían, no dejaba de consentir las manos de Mariana y sin querer. Se quedaba mirándola mientras respondía.
Mariana solo quería decirle que se fueran de ese lugar, tenían tanto por besarse y hacer el amor.
- ¿A dónde vas?
- Voy al baño...
- No te demores - Dijo Manuel dándole un beso en la frente.
- ¿Sabías que iba a venir? - Le dijo Camilo, quien la esperaba a fuera del baño.
- No, no.. no tenía idea....
- Creo que soy el único que sintió que el mundo se le venía en cima al verlo caminar a la mesa a buscarte...
- Cami... no te pongas en esta actitud
- Cómo quieres que me ponga si sé que va a pasar, si sé a que vino... Mariana, me estaba enamorando de tí ¡¡no lo entiendes....!!
- ¿Y ustedes qué hacen aquí? La fiesta está en la mesa no acá, dijo Rosario, mientras Camilo se iba caminando.
- ¡Gracias! te debo una...
- ¿Se siguieron viendo?
- No... solo hemos salido tres veces y no ha pasado de un beso...
- Deja eso atrás... Camilo siempre ha estado enamorado de ti, no juegues más con fuego Mari. Ya sabes esa frase, ¡no calientes lo que no te vas a comer!
- Manu, no sabes las veces que imaginé este momento... no puedo creer que estés acá - le decía suavemente al oído mientras bailaban -
- Yo también linda, me hiciste mucha falta.... No sabes las ganas que tengo de besarte, de abrazarte y no soltarte por un buen tiempo.
- Vamonos...
Manuel miró a Rosario, quien se acercó sonriente a la pista de baile.
- ¿Listo?
- ¡Listo! acá están las llaves y no se porten bien que eso no paga - dijo Rosario recibiendo las llaves del carro de Mariana.
- ¿Ustedes dos qué planearon?
- Nada amiga, nada, solo quiero verlos felices y ustedes están hechos el uno para el otro, dejen de jugar al gato y al ratón de una vez por todas.
- ¿A dónde me llevas?
- Confía en mi... dijo Manuel mientras le robaba un beso y le daba una ligera palmada en la mano - ehh nonono, no mires, para eso es la venda. Para que no sepas a donde vas ¡Señorita Nouguest!
No le importaba si manejaran toda la noche... tenía claro que lo único que quería era jamás volverse a separar de él.
Mientras iban en silencio, Mariana acariciaba su mano, jugaba con sus dedos y sonreía. No podía creer que lo estuviera tocando, no podía creer que estuvieran de nuevo respirando el mismo aire.
Hace tres años él se había ido a Francia a estudiar su carrera. Mariana había viajado dos veces en el primer año que él se fue a Francia. Pero la distancia se hizo cada vez más complicada y cada uno empezaba a tener oportunidades laborales en sus países que no dejaban que alguno de los dos decidiera dejarlo todo por la otra persona.
Siempre habían tenido comunicación. Jamás faltó la llamada en el cumpleaños de cada uno, ni el 24, 31 o cuando alguno de los dos estuviera ebrio y quería decirle al otro que lo amaba y que se odiaba por no estar a su lado.
Los dos intentaron tener otras relaciones, pero solo duraban meses. Mariana era la que más había tratado re hacer su vida amorosa. Manuel, por más que lo intentaba, la tenía a ella tan inalcanzable, que nadie podía borrarla de su alma... generando grandes conflictos con las mujeres de turno.
- ¡Llegamos! dijo Manuel pidiéndole a Mariana que no se quitara la venda y que lo esperara en el carro.
Por aproximadamente 10 minutos ella estuvo sola . Hacía bastante frío por lo que pensó que estaban en las montañas de la ciudad, además, por el tiempo que condujeron del bar hasta el sitio, estaban en un lugar retirado de la ciudad. El carro comenzaba a oler a pino.
Escuchó a lo lejos a Manuel hablar con alguien, el sonido de una reja abriéndose, unas pisadas acercándose, la puerta del copiloto abrirse y él entrando al vehículo. Condujo despacio hasta que apagó el carro..
Se acercó a ella y mientras la besaba le quito la venda. Mirándola y con sus manos en las de ella le dijo. - te amo, no sabes cuanto me hacía falta tu olor, tu calor, tus besos... hemos pasado por tanto Mariana...
Ella solo atinó a sonreír. Sintiendo como ese hombre le regresaba de nuevo su alma que se había ido en su maleta la primera vez que lo dejo irse... Después de tres años, de tres largos, dolorosos, sufridos y tristes años. Acarició su pelo, le dio besos en su rostro, apretó sus manos... - entremos, muero de frío -
La cabaña olía a pino, estaba la chimenea prendida. Rodeada de muchos cojines y en una pequeña mesa una botella de vino con dos copas.
Mariana se acercó a la chimenea, se quitó su chaqueta, sirvió el vino y se sentó en un cojín.
- ¿Qué esperas para venir a sentarte a mi lado? le decía mientras Manuel estaba recostado en la puerta con sus brazos cruzados y su mirada clavada en ella.
- Nada, solo quería ver como te apropias como siempre del lugar y lo conviertes en algo tan familiar como si fuera tu casa...- Mariana le devolvió esa mirada penetrante que le insinuaban solo una cosa. Sexo ahí y ahora.
Manuel se acercó, tomo las dos copas, le entregó una a ella y se sentó. Ella mirando el fuego se tomo toda la copa de vino y él sin quitarle la mirada, también se la tomó sin respirar.
Empezó a acariciar ese hermoso cabello color castaño claro, paso sus dedos por los ojos, la boca, el cuello bajando por el pecho y comenzó a desabotonar el saco negro de Mariana.
Mientras hacía esto, pensaba en las veces que intentó buscar ese pelo, esa suavidad de piel, esa mirada, esos labios en otras mujeres a miles de kilómetros de distancia sin siquiera encontrar alguna que tuviera algún parecido...
Sin haberla besado, ya estaba excitado...
Mariana dejo la copa que apretaba mientras Manuel revivía en ella sus sentidos dormidos hasta esa noche... Se acercó y lo beso mientras él le quitaba el resto de su ropa.
Estando desnuda se puso de pie, buscó las copas, sirvió más vino, le entregó su copa, se sentó a su lado, bebió de nuevo todo el contenido de la copa y comenzó a quitarle la ropa mientras él disfrutaba del vino y las manos de aquella mujer desnuda.
Hicieron el amor tres veces seguidas y mientras Mariana veía cómo el fuego de la chimenea se iba muriendo, Manuel se paró, buscó dentro de su chaqueta una pequeña caja y se acercó a ella.
- Linda, yo solo vine con un propósito y es el llevarte conmigo. Ni sé si en este momento lo estás intentando con alguien... y la verdad me tiene sin cuidado. Yo solo vine a pedirte que seas mi esposa.
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