Era necesario ir a tomar un trago, no importaba tener que beberlo sola, simplemente, sentir como el licor invadía un poco su torrente sanguíneo... y despejaba un poco la nube de voces que tenía su cabeza.
Parejas y grupos de hombres hablaban y reían... Uno que otro posó los ojos en Mariana, bebían y la miraban..
Ella simplemente disfrutaba su ron al compás de la bulla de la gente.
- Señorita, el joven de aquella mesa le manda a decir que su próximo trago lo pagará él... -Rubén le indicaba con la mirada el joven que le acababa de invitar a un trago, pero Marina, no movió la mirada y simplemente dijo:
- Gracias por el recado Rubén, pero déjale saber al señor que no obtendrá absolutamente nada pagando ese trago.
- Si señorita.
Rubén se acercó al joven
- La señorita Mariana le agradece el trago pero le informa que no quiere beber con alguien o ser molestada...
- Gracias, ahora invitale dos.
- ¡Ey! Rubén, hora de otro roncito, éste se lo cargas al gigoló aquel...
- Si señorita, sale otro Ron...!!
- Andas tomando mi trago no Mariana...
- Si... ¡salud por ti! - decía sin ni siquiera voltear a ver al sujeto al que hace unos instantes llamó gigoló -
- ¿Y brindas sin saber mi nombre?
En aquel momento Mariana volteó y se sorprendió al ver lo atractivo que era el sujeto que le invitaba el trago, tanto, que sus ojos no pudieron ocultar su asombro...
- Cómo te llamas
- ¿ahora si importa?
- ...Si... debo ponerle nombre al próximo sorbo.
- Me llamo Augusto - sin dejarla de mirar y sentir cómo el olor del perfume de Mariana penetraba sus fosas nasales -
- Mucho gusto Augusto, ¡salud! - acercando su vaso, brindó sola con la botella de cerveza que yacía en la barra -
- Es muy pronto para decirte que me encantas y que me importa cinco que me hayas mandado recado con el mesero informándome que no querías ser molestada
Mariana sonrío, bebió el último sorbo de su trago y clavo su mirada en aquellos ojos miel - La verdad, hoy no busco ni labios ni sexo, solo quiero estar sola, muchas gracias por el trago Augusto, niño de ojos bonitos pero hoy es un no para ti...
-¡¡Rubén!! te pago
- Gracias señorita Mariana, vuelta cuando guste.
Agarró su bolso, se acercó a Augusto y le dio un beso en la abertura de los labios - ...Buenas noches... -
- Al menos dame tu número, dijo fuerte Augusto viendo como aquella mujer de lindo rostro y delicioso olor se alejaba de él cerrando la puerta del bar.
-Rubén, ¿quieres propina? consígueme el teléfono de esa mujer.