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- Buenos días!! si..! Gracielita, hoy me siento super feliz! por fin llega mi marido de viaje.
Ese día Mariana tuvo tres juntas, dos teleconferencias y un almuerzo de negocios. No paraba de ver el reloj. Tenía el tiempo contado; debía confirmar al restaurante el domicilio de langostinos al ajillo, ir a la cita en el salón de belleza, recoger a Jacobo en la guardería canina y el vestido a la tintorería.
La mesa estaba lista, velas sin prender, dos copas para vino, dos platos y cubiertos.
Ella estaba realmente hermosa, vestido negro corto, medias veladas, tacones altos, cabello liso, maquillaje suave y el perfume que a él le gusta por todo su cuerpo.
- Hola bebe! ya llegue, voy para el apartamento.
- Hola mi vida! ok nene acá te espero!!!
Después de media hora, la puerta sonó, Jacobo ladró y Mariana retocó el labial.
- Hola nena! - dijo él mientras la abrazaba y le daba un beso.
- Quieres comer?
- No bebe, aunque llegue super molido, debo trabajar un rato.
- Ah ok..
Sebastián se quitó su chaqueta, desajustó un poco su corbata, sacó su laptop y se sentó en el sofá de la habitación matrimonial a trabajar.
Mientras tanto Mariana lavo algunos trastos que estaban en el lava platos, puso alguna ropa en la lavadora y saco a Jacobo a dar un paseo.
Cuando llego, Sebastián seguía igual de concentrado.
- Quieres cenar amor?
- ah? - dijo él sin quitar los ojos de la pantalla de su lap
- Que si quieres comer...
- No nena, come tú si quieres y me dejas en el horno.
Mariana no podía creer lo que estaba pasando, añoró por tanto esta noche, la planeó una y mil veces... que estaba completamente enojada, desilusionada, triste... NO ERA POSIBLE, NO ERA JUSTO!
Jamás se imaginó que esa noche se sentaría sola a la mesa a comer el plato favorito de su marido, jamás se imaginó que tomaría 3 copas de vino y fumaría sola 5 cigarrillos.
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Volvió a la habitación, y Sebastián seguía trabajando.
Fue al baño y mientras lágrimas corrían por sus mejillas, se quitó los aretes, el collar y empezó a desmaquillarse. Estaba realmente desilusionada, su marido ni siquiera se había percatado de cómo estaba vestida.
- Te dejé tu comida en el horno, me dormiré.
- Gracias amor, ya casi termino..
Att. Mariana