Jamás pensé que iba a vivir en carne propia una pandemia. Era para mi una muy buena trama para decidir si ver o no una película.
Y ahora, la estoy viviendo... Desde finales de febrero no abrazo a mis padres, ni juego con Lupe... he perdido mis rutinas... la interacción se convirtió en video llamadas, ya no podemos ir a cine, comer en restaurantes o irnos de viaje. Ir a tomar un mojito y escuchar buena música en un bar es ahora un plan a muy largo plazo.
Entrar a las redes sociales es devastador... solo noticias que muestran como se ha ido incrementando el número de contagios y muertes por el COVID19, personas suplicando por ayudas del gobierno, noticias de irregularidades en las compras de los mercados y entrega de subsidios, caída de la economía, personas con depresión por el encierro, mujeres y niños denunciado violancia intra familiar por la cuarentena, empresas declarándose en banca rota, personas que están perdiendo sus trabajos, medicos protestando porque no cuentan con los implementos para protegerse del virus.
UFFF es una trama muy buena para un guión de una película que de seguro iría a ver pero... infortunadamente somos los protagonistas....
Ahora bien, no todo es malo... ha sido lindo ver videos de animales silvestres deambulando por las calles de las ciudades vacías, reconociendo nuevos espacios... La calidad del aire en algunas ciudades, ha mejorado... sin lugar a dudas, estamos dándole un respiro al planeta y dándonos cuenta que lo que antes era trivial como las expresiones de cariño ahora, las añoramos.
Hemos visto como muchos establecimientos se han re inventado, volcándose a lo digital, sorprendiéndonos gratamente con campañas humanas y cercanas a nosotros...
En cuanto a mi vida personal, me he aventurado ha hacer nuevas recetas, escuchar música, leer, ver series o películas (Dios te bendiga NETFLIX y Amazon Prime) y hablar por horas con mi novio, mis amigos o familiares. Gracias a Dios, se me ha duplicado el trabajo, algunas veces me estreso pero definitivamente es una bendición hacer lo que nos apasiona en este encierro. No puedo negar que mi estado de ánimo algunas veces ha desfallecido; no es fácil estar lejos de mi novio, mis papás y Lupe... he llorado por la incertidumbre que me asalta y más, el miedo de perder algún ser querido o mi trabajo...
Vivo el día a día, respirando despacio y confiando en Dios de que pronto paulatinamente todo siga su curso...
Tengo claro que no volveremos a ser los mismos. El tapa bocas y los guantes serán un accesorio más.
Por un buen tiempo, no volveremos abrazarnos ni darnos la mano. No estarán en nuestros planes este año ir de compras, plazas de comidas, cines, bares, restaurantes ni siquiera... reuniones con amigos. El miedo a contagiarnos estará latente en cada paso que demos.
El planeta nos está pidiendo a gritos un cambio, nos está demostrando que ya no puede más con esta carga y si no cambiamos nuestros hábitos de consumo... otra pandemia mucho más fuerte volverá.
El planeta nos está pidiendo a gritos un cambio, nos está demostrando que ya no puede más con esta carga y si no cambiamos nuestros hábitos de consumo... otra pandemia mucho más fuerte volverá.
Somos la generación que nos tocó vivir una pandemia y necesitamos sacar lo mejor de nosotros para superar esta prueba que nos ha sido entregada.
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